La autoridad (pedagógica en cuestión)
Una crítica al concepto de autoridad en tiempos de transformación.
El
maestro ignorante enseña sin explicaciones, sin indicaciones sobre las palabras
que el alumno deberá decir ni el lugar en que deben ser colocadas, sin el
despliegue de la inteligencia del maestro, pero con insistencia en la necesidad
de que el alumno realice su trabajo intelectual, que no descanse perezosamente
en la inteligencia del maestro sino que otorgue a su propia inteligencia toda
las posibilidades de desplegarse.
Es
posible pensar que la autoridad pedagógica –concebida al modo del “maestro
ignorante”- reúne en su propio ejercicio un modo de acercarse al conocimiento y
a la convivencia con otros. Organiza un campo de trabajo donde enseñanza y
convivencia no se separan y esto se alcanza rechazando ocupar lugares de
saber-poder, pero dando cuenta de su relación con el conocimiento e invitando a
lo otros a hacerlo.
Estas
palabras resuenan fuertes en nuestros contextos sociales y escolares, en este
siglo XXI que recién comienza y agudiza terribles injusticias para muchos,
niños y adolescentes que son mirados con desconfianza, confirmando así un
círculo de impotencia y exclusión.
Cuidado
de sí mismo y solidaridad, entre uno y los otros, actos emancipatorios
individuales que harán lugar a la emancipación de los otros. Pero para ello, es
necesario posicionarse en un cierto lugar de posibilidad y habilitación, de
igualdad e ignorancia, de imprevisibilidad y trabajo.
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